Actualizado el sábado, 31 diciembre, 2022
Por Miguel Castro
Es prácticamente imposible poder saber con exactitud la cantidad de personas saharauis desaparecidas
(hombres en su mayoría, aunque también bastantes mujeres), tanto por detenciones ilegales,
encarcelamiento bajo tortura, o sencillamente por represión.
Durante los inicios de la ocupación española del territorio del Sáhara “español” en el año 1880, de una
zona absolutamente desértica e incomunicada del mundo exterior, hubo sin lugar a dudas algunas
refriegas contra los “Le Frig” (conjunto de jaimas familiares), de los nómadas saharauis, que se opusieron a la ocupación tanto francesa como española, sobre su territorio.
Recordar solo la actitud represora con ametrallamiento y bombardeos de la operación conjunta entre Francia y España, con el nombre de “Écouvillón”, en épocas históricas donde no existía comunicación alguna con el exterior, exceptuando los partes de guerra que los ejércitos invasores recogían sobre sus gestas contra la población nativa.
Desde finales de la década de 1960, al calor del independentismo de los países coloniales de África, comenzaron a sonar rumores de que tanto Argelia, como Mauritania y Marruecos (árabes francófonos), reclamaban partes del territorio saharaui, cuestión que España no aclaraba, ni se pronunciaba al respecto, cuestión que dio lugar a las dudas y exigencias de la población saharaui de optar por su autodeterminación e independencia.
Para los anales de la historia solo se han recogido datos en cuanto a la represión española contra el levantamiento del barrio de Zemla, en la ciudad de El Aaiún en 1970; contra la manifestación independentista de los saharauis, en la que hubo bastantes heridos y varias bajas saharauis por apaleamientos y disparos de fusil de la Legión y la policía militar española, en especial se hace hincapié en la detención y posterior desaparición de Mohamed Basiri, líder del levantamiento independentista, detenido a manos de la Legión española y que nunca más se ha sabido de él.
A parte de las refriegas armadas con el Frente Polisario, el mayor genocidio que ha podido hacer España contra el pueblo saharaui, fue la criminal entrega del Sahara, contra la voluntad de los saharauis, a manos de Marruecos el 14 de noviembre de 1975, tras los traidores “Acuerdos Tripartitos” de Madrid, acordados en secreto por el último presidente del Gobierno franquista Arias Navarro y la complicidad del príncipe Juan Carlos de Borbón, a espaldas de la Cortes y del pueblo español.
Juan Carlos, quien sería nombrado rey por las Cortes de Franco, en secreto venia teniendo contactos con los EEUU y Francia, al objeto de que estas dos potencias con intereses en el Sáhara, respaldaran su coronación y reconocimiento internacional de la monarquía española, cuyo pago a estas dos potencias exigían la entrega del Sáhara “español” a Marruecos, al objeto de controlar ellos los ricos recursos naturales de los saharauis; fosfatos, pesca, gas, petróleo y el control de la zona norte y este de África.
Tras la mascarada de la “Marcha Verde” urdida por EEUU, y la firma de los dichos “Acuerdos Tripartitos”, España abandona literalmente el Sáhara en el mes de febrero de 1976, en lo que se denominó “Operación Golondrina”, llevándoselo todo y entregando a Marruecos los establecimientos oficiales, los pueblos, sus barrios y sus gentes, contra la voluntad de estos.
Marruecos comienza su ocupación sin piedad contra los saharauis, expulsándolos de sus casas y adueñándose de todas sus pertenencias familiares, cuestión por la cual la población saharaui inicia el éxodo hacia tierras mauritanas y argelinas, siendo perseguidos y bombardeados por la aviación marroquí con bombas incendiarias de napalm y fosforo, cuya masacre y destrucción de la ciudad de Tifariti, fue el caso más emblemático de muerte y destrucción.
En las ciudades ocupadas por el ejército marroquí, la población saharaui, fue duramente reprimida, sin poder saberse las víctimas causadas y el número de personas detenidas y desaparecidas. De igual modo durante el trayecto, camino del exilio de la población civil saharaui hacia Argelia y Mauritania, no se tienen datos sobre las personas que cayeron bajo el fuego marroquí o enfermaron y murieron por falta de auxilio.
AFAPREDESA –Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis
Según el representante de AFAPREDESA Ali Buzeid, no fue hasta 1992 cuando tuvieron noticias de los desaparecidos por una lista que les entrego la MINURSO (Misión de la ONU para el Sáhara Occidental). Según esta asociación civil de víctimas y desaparecidos saharauis, tienen en la actualidad registrada varios cientos de personas, que por testimonios familiares e investigaciones que llevan años realizando, intentan cuantificar el número de víctimas y sus nombres.
Al menos 500 saharauis están registrados como DESAPARECIDOS y, en 1999, 350 fueron excarcelados, tras años sin información de ellos por parte de sus familias, algunos fueron incluso dados por muertos.
James Baker, enviado personal por la ONU de 1997 a 2004, se interesó por los desaparecidos, de los que al menos 353 fallecieron oficialmente por tortura en las cárceles marroquíes en el Sáhara ocupado. A las familias nunca se les comunicó nada de su muerte.
Según el testimonio personal de Ali Buzeid, a su padre le detuvieron en su propio comercio familiar, fue encarcelado y posteriormente asesinado en 1976, sin que los marroquíes les comunicaran nunca nada sobre su paradero o defunción a su esposa e hijos.
Lo más horrendo de todo es el sufrimiento y las torturas más infames que debieron soportar los detenidos saharauis, que se oponían y se oponen a la criminal ocupación marroquí de su tierra el Sáhara Occidental. Hay todo un “índice” de formas de tortura, que se ejecutan en las cárceles marroquíes en el Sáhara, para humillar y descomponer al ser humano, con el fin de conseguir los objetivos de los torturadores.
Todo ello por la cobardía del último gobierno franquista en España y la cruel traición de Juan Carlos I, que engaño a todo el pueblo español, no queriendo hacer frente a Marruecos y vendiendo a su suerte a todo un pueblo al sátrapa sultán Hassan II.
En la actualidad Marruecos persigue en los territorios ocupados del Sáhara, con mayor interés, no solo a dirigentes políticos saharauis, si no a los hombres y mujeres que se dedican a la información e investigación, los cuales son detenidos y encarcelados a duras penas en juicios “falsa” e impidiendo no solo la defensa jurídica, sino también la presencia de observadores internacionales.
Desde hace varios años y en especial desde el nombramiento del expresidente de Portugal, Antonio Guterres, como Secretario General de la ONU, se niega a nombrar un Representante – Enviado de la ONU- para el caso del Sáhara Occidental, desde la dimisión del anterior enviado, el expresidente alemán Horst Köhler, quien en mayo de 2019, argumentó temas de “salud” para abandonar, tras haber conseguido reunir en Ginebra después de años una representación saharaui y marroquí, con el acompañamiento de Argelia y Mauritania.
Mientras tanto, Marruecos cierra a “cal y canto” el territorio saharaui y no permite la entrada a ningún observador o visitante solidario al Sáhara Occidental bajo su ocupación, e incluso se permite romper el “Alto el Fuego” decretado en 1991, al reprimir militarmente a civiles saharauis que se manifestaban pacíficamente oponiéndose a la brecha abierta por Marruecos, en la zona de “El Guerguerat”, con objeto de seguir comercializando en el África subsahariana, los recursos naturales robados al pueblo saharaui y haber obligado al Frente Polisario, el pasado mes de noviembre, al reinicio de la guerra contra la ocupación y el expolio marroquí de su Patria.
Sevilla, enero 2021
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