El Tribunal Internacional de Justicia de La Haya emite su dictamen: «no hay vínculos de soberanía entre el Sahara y Marruecos, solo lazos jurídicos y religiosos. Solo algunas tribus muy concretas rindieron vasallaje en el pasado al sultán. Debe aplicarse por tanto, el principio de autodeterminación». Hassan II se dirige al pueblo por televisión falseando el contenido del dictamen. Anuncia la Marcha Verde. La formarán unas 350.000 personas, cifra que equivale a la de los nacimientos anuales en Marruecos. El rey se referirá a esta marcha como “la cosecha de un año” y por tanto “sacrificable”.